La Casa de Moura - Entretenimiento

Que la legislatura 2015-2019 en los ayuntamientos españoles iba a ser cuanto menos entretenida, ya nos quedó claro a todos la noche electoral según llegaban los escrutinios. El grado de entretenimiento –esperemos que no haya que utilizar calificativos de otra índole para definirla- es algo que iremos conociendo según vayan transcurriendo los meses y vayamos viendo las acciones y actitudes de quienes gobiernan y quienes están en la oposición.

Se cumplen 100 días de gobierno en los ayuntamientos españoles, incluido el de Aranjuez por supuesto  - no termino de entender por qué esa manía de pretender hacer una especie de examen sobre lo ocurrido en tan precario periodo de tiempo- y gobierno, oposición y prensa en general se apresuran a dar notas en cuanto a cumplimiento de promesas electorales, relaciones con los medios de comunicación, valoración de políticos según encuestas…y un largo etcétera de parámetros que en líneas generales a los ciudadanos nos dejan igual que estábamos al comienzo de los 100 días.

En lo que nos afecta realmente a los ciudadanos, los 100 días primeros suelen ser más de lo mismo. Las mismas palabras las dicen otros, o los mismos, porque en definitiva tenemos que estar en más de lo mismo ya que nos movemos dentro de la normalidad democrática en la que quienes nos representan han de velar por los intereses generales de los ciudadanos, haciéndolo dentro de las reglas de juego que nos hemos dado. Por eso son y deben ser  más de lo mismo.

Seguro que no lo son para gobierno y oposición. Para ellos es distinto. Creen decir cosas nuevas, distintas, más cercanas, más originales, más sensatas, más democráticas, más solidarias, más, más, más…pero en realidad no es tanto como ellos piensan.

Sin embargo esta legislatura, en sus 100 primeros días –siempre se han entendido como de cortesía, aunque si alguna yugular pasaba por delante el que más y el que menos ha sucumbido a la tentación  de hincarle el diente sin ruborizarse en exceso por la descortesía- no está siendo una legislatura al uso debido precisamente a ese plus de entretenimiento que las urnas nos proporcionaron.

Lejos de mayorías suficientes para gobernar en solitario, nuestro ayuntamiento no es una excepción a la hora de haber conformado un gobierno minoritario que con independencia de corresponderse o no a la lista más votada, ha conseguido los apoyos suficientes ya sea por acción o por omisión de otros grupos municipales. En Aranjuez, 

Cristina Moreno es nuestra Alcaldesa tras haber obtenido 7 concejales con la candidatura del PSOE. 

¿Mi opinión? De eso no va esta reflexión y por lo tanto la dejaré para otro día adquiriendo, eso sí,  el ineludible compromiso de manifestarla por escrito y en esta Casa de Moura dentro de poco.

Hoy quería escribir sobre lo entretenido de la legislatura y no faltan elementos para hacerlo en tan pocos días de recorrido. Las Fiestas han estado bien, no tendría sentido decir lo contrario. Es más, las Fiestas han sido muy parecidas a las anteriores y las anteriores y las anteriores y las anteriores….que al fin y al cabo es lo que permite que la tradición sea un elemento de unión y disfrute en las fiestas de un municipio. Parece que vamos camino de que así sea y parece también empezar a atisbarse una menor beligerancia en cierta pose política en torno al reconocimiento y uso del mejor espacio para el disfrute de los ciudadanos fundamentalmente en las verbenas. Esto, de ser así, sería de agradecer ya que además de contribuir a asentar tradición en nuestras fiestas ayudaría también a evitar la cara de tontos que se nos queda cada vez que alguien de fuera nos pregunta por el lugar en dónde celebramos las Fiestas. Nunca tenemos muy claro qué contestar.

Mientras esto ocurría, es decir mientras cada uno disfrutaba en la medida que quisiese de las fiestas, lo entretenido estaba en el ámbito político municipal. Los escasos 100 días han dado para que una concejala abandonase la política, candidata, portavoz y con larga trayectoria en el ayuntamiento, para que otra concejala se fuese de su grupo dejando la portavocía y provocando, por si no fueran suficientes, la creación de otro grupo más en la Corporación, el de los No Adscritos que aunque lleve la negación en su mismo nombre no deja de ser un grupo, aunque una posterior reflexión/presión la llevó a renunciar a su acta de concejal.

La Alcaldesa se ha enfadado con todos y todos con la Alcaldesa por el tema de los sueldos, hasta el punto de que ya andan en los tribunales liados intentando que los jueces resuelvan lo que su supuesta capacidad de acuerdo y consenso no es capaz de resolver. Seguro que habré entendido mal, pero creí oír que ese era el espíritu que embargaba esta nueva forma de entender el mensaje de los ciudadanos. 

También la Alcaldesa, al menos a ella responsabilizan desde la oposición, ha decidido que como son muchos grupos –y para que no se cansen es exceso- no dejará trabajar a los concejales todo lo que puedan y quieran en su afán por llevar iniciativas e inquietudes a los plenos. Les reduce el trabajo al limitarles el número de intervenciones a través de los ruegos y las preguntas. Esto a buen seguro es porque prevé que la legislatura va a ser larga y trabajosa y no quiere que se le agoten antes de tiempo. Vela así por la salud de sus adversarios políticos, cosa esta que la engrandecería si no fuese porque con esta medida está cogiendo las de Villadiego al evitar que la gran pluralidad manifestada por los ciudadanos en las urnas tenga su fiel reflejo en la capacidad para general propuestas en el Ayuntamiento.

Entre fiestas, ciclogénesis, discusiones sobre los sueldos, comienzo de curso escolar, primeras reuniones con colectivos, etc., el comienzo de legislatura nos ha dejado un Plan de Asfaltado que agradecemos nosotros -y nuestros vehículos-  y que como siempre ocurre en los inicios de legislatura,  es trabajo de los anteriores que pasa al haber de las realizaciones de los nuevos. No pasa nada, siempre es así cuando llegas y cuando te vas. Los ha habido que han llegado a inaugurar con todo bombo aquello que denunciaron como ilegal cuando lo estaban haciendo los anteriores.

Para lo que parece que no han dado de sí los 100 días ha sido para mejorar la limpieza de la ciudad, ni para su adecuado mantenimiento. 

Si fuésemos capaces de vernos con ojos de visitante nos daríamos cuenta de cuánto trabajo hay por hacer en esos dos asuntos. 

Esperemos que ahora que hay tantos grupos municipales y un gobierno en minoría no se caiga en el síndrome que se reitera Corporación tras Corporación. Ya sabéis, me refiero al Síndrome de Diógenes, ese que se caracteriza por el total abandono, el aislamiento y la acumulación de grandes cantidades de basura y desperdicios.

De todas formas lo realmente entretenido aún está por venir. Entre el vértigo de tan escasa minoría para gobernar, teniendo que vigilar los empujones que pueden llegar de cualquier lado de una parte, y el necesario disimulo para dar el empujón y poder decir aquello de pío pío que yo no he sido, de otra, vamos piano piano.

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